La organización delictiva operaba desde hace seis meses en un pabellón del penal cordobés de Bouwer, donde nueve presos tenían instalado un “call center”, a través distintos chips de teléfonos celulares, con los que engañaban a las víctimas para notificarlos que habían sido favorecidos por el ANSES para cobrar el IFE.

Los integrantes de la organización delictiva simulaban ser empleados del ANSES. A través del engaño telefónico, lograba sacarle a las víctimas información de sus cuentas bancarias y sus códigos personales para luego quitarles dinero y, en algunos casos, solicitar préstamos personales. Se presume que la banda logró embolsar alrededor de 18 millones de pesos.

Una vez finalizada la investigación, tras cuatro meses de cruzamientos de llamados e información, el juez de Garantías 7 de Pilar, Water Seattone, avaló el pedido del fiscal Ferrari para realizar 44 allanamientos en las celdas de la cárcel de Bouwer y en los domicilios particulares de los acusados. Así operaba la Banda.

Fuente: TN