La decisión del gobierno de Alberto Fernández de derogar el decreto firmado por Mauricio Macri en enero de 2017, por el cual se endurecían los controles migratorios para impedir el ingreso al país de extranjeros vinculados al delito y se agilizaban los trámites de expulsión de inmigrantes con antecedentes penales, generó polémica.

Durante los cuatro años de gestión de Macri, unos 3.000 extranjeros fueron expulsados de la Argentina -duplicó la cifra del último mandato de Cristina Kirchner (1.256)-. “Terminamos la gestión con aproximadamente 3000 mil expulsados, entre los que delinquían o violaban la ley migratoria. Antes de Macri las cifras de deportaciones eran nulas”, remarcó un exfuncionario del macrismo.Durante los cuatro años de gestión de Macri, unos 3.000 extranjeros fueron expulsados de la Argentina -duplicó la cifra del último mandato de Cristina Kirchner (1.256)-. “Terminamos la gestión con aproximadamente 3000 mil expulsados, entre los que delinquían o violaban la ley migratoria. Antes de Macri las cifras de deportaciones eran nulas”, remarcó un exfuncionario del macrismo.

En tanto, desde el Gobierno actual,  remarcaron a través de un comunicado, Amnistía Internacional respaldó la determinación oficial, en virtud de que el decreto derogado "violaba los derechos humanos de los migrantes y se transformó en un hito en el retroceso de la política migratoria argentina".

En enero del año pasado, Alberto Fernández había cuestionado con dureza el DNU firmado por Macri en 2017. “Lo que hizo fue autorizar expulsiones sin condena, y esto me parece muy peligroso porque se puede convertir en un acto de persecución contra alguna población”, apuntó el Presidente durante una visita oficial a Israel.

 

 

 

 

 

Fuente: La Nación 

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